martes, 24 de octubre de 2017

Regalos segundo cumpleaños

Hace ya 20 días que Pajarin cumplió dos años (¡20 días ya!), y hemos aprovechado las vacaciones para recorrernos la península y celebrarlo varias veces.

La primera celebración fue en casa con unos amigos y sus peques, la segunda en Madrid con abuelos y tíos, y la tercera en Cádiz con los otros abuelos y más tíos y primos. Es la consecuencia de tener a la familia y amigos repartidos por la geografía española y viajar días después de tu cumple.




En cada celebración, cayeron regalos, y de eso quería hablar hoy. De las avalanchas de regalos en cumples y navidad y cómo las gestionamos nosotros.

En primer lugar, me parece fundamental que los regalos sean cosas que realmente vayamos a usar. Es decir, que tanto si son juguetes, ropa o libros, sean del gusto del niño (o en su defecto de los padres).

Me explico; cuando vamos a hacer un regalo, se supone que lo que queremos es que a la otra persona le guste, independientemente de si sería algo que compraríamos para nosotros mismos. Pues el funcionamiento es idéntico. En este caso lo único que varía un poco es que en el caso de la ropa, la elección y el gusto suele ser más de los padres, y si el/la peque va siempre con chandal y le regalas ropa como para ir a una boda, pues pierde un poco el sentido, ya que es probable que no llegue a usarla.

En nuestro caso, solemos esperar a que nos pregunten, pero si se acerca la fecha y no lo hacen, vamos lanzando sugerencias; sin obligación, por supuesto, pero dejando caer posibles regalos que nos vendrían muy bien.

Este año, la verdad es que estábamos bastante bien surtidos de todo, así que no había grandes necesidades.

Los regalos de Pajarin por su segundo cumpleaños han sido:

-Papa y mamá:
Libro fotos segundo año (Sala Digital).
Muñecos gigantes de Pamplona.
Coches Ikea + Alfombra carretera Tiger.







-Amigos Pamplona:
Juego abejitas.
Juego construcciones mesa de luz (nos falta el DIY de la mesa de luz, que creo que será para navidad).

-Abuelos Madrid:
Cocinita Ikea (pendiente montarla y "entregársela").
Libro + Muñecos animales.

-Tíos Madrid:
Zapatillas de deporte + Calcetines.
Muñeca "cierres".
Coches piezas.
Camiseta + Sudadera.

-Amigos Madrid:
Pijama + Bodies.
Cazuelas y sartenes Ikea para cocinita.
Libro pegatinas Tiger.
Juego cubos Tiger.
Puzzle imán Tiger.

-Abuelos Cádiz:
Zapatos.
Puzzle.

-Tíos Cádiz:
Chandal + Gorro. 
Juego pizarra e imanes.

Y después de leer esto pensarás, ¡madre mía!, menos mal que no necesitaba nada y que controláis lo que os regalan. Pues sí, controlamos dentro de "nuestra autoridad" que es la que es. Al final siempre cae algo más de lo que has pedido.




Para controlar esta vorágine de regalos, lo que solemos hacer es tener una caja en su armario dónde guardamos la mayor parte de los juguetes nuevos, de modo que vamos sacando poco a poco, según vemos que puede tener interés. Es algo que de momento nos funciona, pero que no sé si con el tiempo, y una vez los haya visto, estará dispuesto a que no permanezcan a su alcance.

Nos parece un poco locura que de un día para otro aparezcan decenas de cosas nuevas con las que jugar, e ir dándoselas poco a poco nos permite rotar juguetes y libros, de modo que casi siempre tenemos alguna novedad (hace poco que le saque el último regalo de Reyes).

En cuanto a las celebraciones, no nos complicamos mucho la vida, y la situación tampoco nos lo permitió. Pero eso es otro capítulo que os contaré más adelante y que, desde luego, se merece constar por escrito.

martes, 17 de octubre de 2017

¿Hay que compartir?

Hace unos días miraba a Pajarin jugando en el parque y me asombraba de lo maravilloso que es el mundo de los niños y lo bonito que es observarles en silencio, sin intervenir, dejando que hagan y deshagan y se muestren tal y como son.

La etapa de los dos años, la temida aDOSlescencia, es intensa, no podemos negarlo. Pero, ¡ojo!, tanto para "lo bueno" como para "lo malo". Es increíble ver como avanza a diario en lenguaje, comprensión, movimiento, etc., e igual de increíble como se enfada y se frustra por lo que, para nosotros, son detalles sin importancia.

Una de las características fundamentales de esta edad es la repetición constante del "Mío". Por aquí ya lo habremos escuchado mil o dos mil veces, por lo menos. En esta etapa ya son plenamente conscientes de que son un ser individual, independiente de mamá, y su preocupación principal en la vida son ellos y sus necesidades, las cuales además, es probable que quieran satisfacer de forma inmediata, algo que "choca" con la realidad y de ahí los enfados constantes.

Como solo piensan en ellos y sus necesidades, lo más normal es que el resto de niños del parque (o del sitio que sea), le den bastante igual, bueno, salvo que traigan juguetes que les interesen ;)

Todos los días me toca escuchar a algún/alguna padre/madre diciendo aquello de "Déjaselo un ratito, hay que compartir". Papá Oso llegó un día a casa bastante... digamos contrariado, por una escena que acababa de vivir en el parque: una niña que lloraba desconsolada porque su padre le había dejado su juguete a otro niño, mientras repetía el mantra "tienes que aprender a compartir".

De verdad, ¡que manía!, pretendemos que su razonamiento sea de adultos, algo que es imposible y muy frustrante para las dos partes; para ellos que no entienden porque su padre/madre, aquel ser al que idolatran, les da sus cosas a otros niños, y para nosotros, que nos toca presenciar un cabreo y llanto monumental por una enseñanza sin sentido en la que nos estamos empeñando. 

¿Tú sabes compartir? Probablemente me dirás que sí, claro.
¿Con quién compartes? ¿Te sientas en un banco del parque mientras tu hijx juega y le dejas tu móvil a la mamá que está sentada al lado? ¿Compartes tu bocadillo con el señor que se ha sentado a tu lado en el autobús? O tal vez, ¿compartes los 50 € que llevas en la cartera con esa mujer que pide a diario en la puerta del supermercado?

¿Por qué pedimos a los niños que hagan algo que la sociedad "ve bien" y que ni los propios adultos cumplimos? ¿Por qué no dejamos de pensar en "lo que dirán los demás" y dejamos a nuestros hijxs SER?




Sí, es muy bonito que compartan, que jueguen juntos,... Pero cuando es algo espontáneo, sino pierde todo el sentido.

Desde hace un mes aproximadamente, tenemos un nuevo compañero de juegos por las mañanas. A Pajarin le hace mucha ilusión que venga, se le ilumina la cara, pero, por supuesto, no le deja nada. A veces se lo piensa y le da algún juguete al que él normalmente no hace mucho caso, pero a los segundos se arrepiente y se lo quita.

En el parque la situación suele ser parecida, aunque con algunos matices. 
Cuando son niñxs mayores que él, su intensidad baja, sólo coge sus juguetes si están distraídos y si le quitan los suyos, no reacciona de la misma forma. De hecho, a veces ni reacciona, sólo observa.
Si los niñxs son más pequeños, entonces él manda. Les coge los juguetes y si se acercan a quitarle los suyos, lo tiene claro: "¡No! ¡Mío!"
La cosa cambia cuando lxs niñxs son más o menos de su edad y además les conoce. Entonces sí, ahí asoma levemente y de forma espontánea ese sentimiento de compartir, de jugar juntos.

Es increíble observar como él solo crea una jerarquía que nadie le ha enseñado, y como su comportamiento varía según qué niñx.




¿Has probado a dejarle ser, a observar que pasa si no intervienes?

martes, 10 de octubre de 2017

¡Adiós chupete!

Es posible que me esté arriesgando un poco al escribir este post tan pronto, ya que tan solo han pasado dos semanas del "nuevo hito" alcanzado, pero que le voy a hacer, me gusta el riesgo, y además, creo que este post puede resultaros útil, así que quería compartir la información lo antes posible.


Bien, pues la noticia es... (redoble de tambores) ...que Pajarin ya no usa chupete. ¡Bieeeen! (aplausos)

Hace un par de semanas se celebró en Pamplona el conocido como San Fermín Txikito (sí, lo sé, por aquí siempre hay fiestas), y salía de nuevo la Comparsa de Gigantes (la principal de Pamplona, la misma que sale en San Fermín). Si me seguís en redes sociales, habréis visto que Pajarin es un fan absoluto de ellos. Tenemos imanes, muñecos y libros. ¿Quién necesita a la Patrulla Canina o a Pepa Pig teniendo a los gigantes de Pamplona? :)

En fin, que obviamente no podíamos perder esta oportunidad de volver a verles. Entonces, a mi se me encendió la bombilla. Los gigantes llevan siempre colgando de las manos decenas de chupetes que les entregan los niños, ¿y si se lo proponíamos a Pajarin?

Estábamos a finales de septiembre y en poco más de una semana cumpliría dos años, momento en el cual yo quería empezar a plantearle el retirarlo. Pero, ¿cómo plantearlo? Aunque solo lo utilizaba para dormir desde hacía meses, lo tenía muy asociado a su rutina de irse a la cama, y además mi sensación era de que necesitaba esa succión para relajarse, aunque hay que decir que la conciliación del sueño se había alargado bastante y parecía que esa succión tampoco hacía demasiado efecto. A eso tendríamos que añadir los enfados diarios y negativas constantes a nuestros planteamientos (la querida aDOSlescencia).




Así que unos días antes le di la noticia a Pajarin, ¡íbamos a ver a los gigantes! (¡alegría! ¡alboroto!)
"Oye, ¿te acuerdas que los gigantes llevan siempre un montón de chupetes en las manos? ¿quieres darle los tuyos?"
Dijo que sí, y entonces le explique que si se los dábamos no tendría chupete y le pregunté si podría dormir sin él. Asentía.
Los días previos al "gran evento" le repetí lo mismo varias veces. Él lo tenía claro: "Toko-Toko, Nena (Braulia) [aquí signaba el chupete metiéndose el dedo índice en la boca]. Mi no hay más."
Pero cuando llegó el gran día le empezaron a asaltar las dudas y mi euforia se fue esfumando. No le presioné, simplemente al rato le volví a preguntar. ¡Falsa alarma! ¡Sí quería dárselos!

Y así llegamos al centro y nos sumergimos en la muchedumbre. Le habíamos atado un cordón a sendos chupetes para poder colgárselos a los gigantes en las manos. Pajarin eligió cuál quería darle a Toko-Toko y cuál a Braulia y yo se los coloqué. Su cara era poema, aunque le tocó la mano a uno de ellos y parece que la situación se compenso un poco.





Esa misma tarde, a última hora y corriendo, me acerqué a una farmacia para comprar chupetes de repuesto. La idea era que consiguiera dormirse sin chupete, pero teníamos claro que no íbamos a hacer un drama de aquello, si no estaba preparado no pasaba nada. Por supuesto, Pajarin no sabe de la existencia de esos chupetes. De hecho, les entregamos los únicos que teníamos a los gigantes y de cuya existencia él era consciente. Si hubiéramos entregado solo uno, se habría dado cuenta que faltaba otro y que tenía que estar en casa, seguro.

La primera noche no fue mal, tan solo habló una vez del chupete, contando que se los había dado a los gigantes y no había más. Me sorprendió "lo bien" que lo llevó.

La conciliación del sueño los primeros días fue algo más tediosa, pero como he comentado, ya lo venía siendo de antes, aunque es verdad que sin el chupete se hacía un poco más larga todavía.

En estas dos semanas hemos ido adaptando la rutina de dormir, de modo que ahora los libros nos acompañan a la cama. Se leen en bucle varias veces y según lo cansado que esté, concilia el sueño más pronto o más tarde. ¡Ojo! A mayor cansancio, más tarda en dormirse. Lo ideal es "pillarle" en el momento justo, si se pasa de rosca, vamos mal...

Por último os dejo unas pequeñas recomendaciones sobre la retirada del chupete, basadas principalmente en mi experiencia:

-Observar al niño y sus necesidades. Si utiliza el chupete la mayor parte del día puede ser complicada su retirada. Una buena idea sería reducir su uso a la hora de dormir, o cuando esté muy nervioso.

-Retirarlos de la vista cuando no lo esté usando, de modo que evitemos tentaciones.

-Si queremos retirarlo, evitar que sea una decisión unilateral del adulto. Hacerle partícipe de esa retirada puede facilitar mucho el proceso.

-No tener miedo al fracaso. No es lo ideal, pero puede pasar. Tal vez no es el momento y podremos probar más adelante.

-Tener siempre un chupete de repuesto, por si acaso.

-Cuidado con su necesidad de succión. Si nos adelantamos, es probable que lo sustituya por otro objeto o directamente por el dedo, algo muy complicado de retirar.

-Si estás preocupad@ por los posibles perjuicios que le pueda ocasionar el chupete y crees que no está preparad@ para su retirada, puedes consultar con un/a odontopediatra y/o un/a logopeda, que valore la situación concreta de tu hijx.



martes, 3 de octubre de 2017

Dos años

Duermes mientras escribo. No sé lo que tardarás en despertarte y tengo que aprovechar para escribirte esto antes de que me reclames: "Mamá men, lee" :)


Esta semana cumples dos años... Tengo la sensación de que ha pasado rápido, pero a la vez ha sido tan intenso,... Hemos vivido tantas nuevas experiencias, experimentado tantas cosas, que parece mentira que sólo hayan pasado veinticuatro meses.

Y es que, esa intensidad diaria, hace que se me olvide lo anterior. Miro las fotos y te recuerdo físicamente, pero me cuesta rememorar cómo te reías, hacías pedorretas o cómo empezaste a gatear. Supongo que la mente materna es sabia, y esa "amnesia transitoria", nos permite centrarnos en el presente, en la intensidad del hoy.




Quiero contarte lo maravilloso que eres, cómo estás creciendo y cómo nos sorprendes cada día con tu evolución.

Te encantan los gigantes, fundamentalmente Toko-Toko y Braulia, a los que, de hecho, quisiste darles tus últimos chupetes hace una semana. 

Jugar a "la tienda" es uno de tus pasatiempos favoritos, que te compremos comida y prepararnos cosas ricas es una actividad diaria (el regalo de los abuelos te va a encantar, lo sé).

Pintar en casa, en la calle, con ceras, con tizas, en el suelo, en tu mesita, en los cuadernos de mamá,... es también algo que te gusta mucho. "Pitar, pitar", "Pitar mí", "Mamá/papá pitar".

Por supuesto, no podemos olvidarnos de los libros. A veces me arrepiento de haberte descubierto el mundo de la lectura, porque leer el mismo libro en bucle durante días y meses, es bastante agotador. Coger libros en la biblioteca, es algo que nos está gustando a todos, a ti, porque aparecen libros nuevos en casa cada dos por tres, y a nosotros, porque variamos de lectura. :)

Ir al parque es nuestra actividad diaria favorita. Podemos ver desde la ventana si están "tus amigos" y me encanta cómo se te ilumina la cara al reconocerles; sobre todo, si llevan el patín (creo que en Navidad tendrás el tuyo propio).

"Mío" es la palabra que más repites. Todo es tuyo, incluido lo que no lo es, claro. Es divertido y a la vez algo frustrante, observar cómo defiendes tus cosas ante "ladrones" y cómo te adueñas de lo de los otros con tu palabra favorita por bandera.

¿Rabietas? No me gusta llamarlas así. Más bien te enfadas, algunos días más y otros menos, como nos pasa a los adultos, ¿no? Pero he de reconocer que si no estás en momento agotamiento, se te pasa rápido.

Sigues siendo tan risueño como siempre, incluso algo más; expresivo, cómico, "chillón" y cariñoso en su justa medida (cuando quieres y con quien quieres).

Bailar, jugar con la pelota, saltar en los charcos y pasar por debajo de las piernas de papá ("¡túnel!") te divierte mucho.

Estás en una etapa de máxima "papitis" y yo lo llevo lo mejor que puedo. Pero esto es cosa mía, no tuya, algún día lo hablaremos.

Me encanta cuando te levantas después de dormir, y apareces con pelos locos y la sonrisa puesta, deseando que empiece el juego, que lo de desayunar puede esperar. Eso sí, cuando tienes hambre hay que sacar provisiones de forma inmediata.

Vas a finalizar tu segunda vuelta al sol, y no puedo evitar recordar el momento en que nos conocimos en persona, aquel día que me enamoré de ti. 

Y me enamoro cada día, con las subidas y bajadas que caracterizan al amor, pero ante todo basando ese amor en el respeto y la admiración al niño que eres, al bebé que fuiste, y al adulto que serás.

¡Feliz cumpleaños! 
¡Feliz segunda vuelta al sol! 
¡Feliz segundo aniversario de nacimiento (para ti y para mi)!